miércoles, 14 de abril de 2010

justimprovise...**

Anoche estaba pasando a limpio unas notas que tomé en un monográfico de improvisación que hice ya hace tiempecillo y me llamaron mis amigos para salir. Tras una acalorada discursión entre mi "yo responsable"(Si, tengo de eso) y mi "yo que pasa de todo" (que tengo de eso no es nada nuevo), el segundo le clavó el tridente al primero y decidí que había que salir. Qué remedio.

Me vinieron a buscar y cuando estabamos en mi portal, nos dimos cuenta de que no teníamos ni puñetera idea de qué ibamos a hacer. Entramos a un pub cualquiera. Vaya fauna que nos encontramos. Para que os hagais una idea, era un pub heavy y yo iba de vestido de vuelo y tacones. Me di cuenta de que no era el sitio que estábamos buscando cuando entré y todo el pub se volvió a mirarme. Silencio sepulcral en plan película. Cambiamos de pub. Si en el último era el equivalente granadino de la princesa de Noruega, en este era el equivalente a Belén Esteban el día de las campanadas. Nos fuimos a meter en el pub más pijo de toda la calle. Gente de 20 años actuando como si tuvieran 30. Eso es algo que nunca llegaré a entender. Escuché a una chica hablando con otro chaval. Le decía que en las Cruces no se podía ir a la "Urba" porque se iba con sus padres a Marbella en el Yate. Que al día siguiente tenía un hueco para quedar con él de 19.00 a 19.45. Después se quejan las tías de que los tíos sólo quedan con ellas para lo que quedan. Normal. Si te está tirando los trastos descaradamente y tu le estás dando 45 minutos de tu día...¿qué carajo esperas? ¿que vaya a hablarte de los titulares del día y después veáis "Un paseo para recordar"? Y me dicen a mi que estoy en las nubes. Pues no se yo. Por eso se juntan los Blackberrys con las Blackberrys (así l@s llamo cariñosamente). Ahí juega también la teoría de la edad mental de hombres y mujeres. Tú, que eres tan lista para organizarte minuto a minuto cada día, ¿de verdad no sabes que los tíos manejan una edad mental 4 años menor a la que realmente tienen? Que tu aparentas 30, pero estás hablando con un tío que tiene 18 años en realidad. Y a esas edades, no piensan precisamente en casarse.

Pero bueno, eso es otra historia. Salimos y decidimos dar una vuelta. Sin saber cómo, acabamos en la puerta de mi casa. Vemos todos una película y, cuando acaba, volvemos a no saber qué hacer. Y en un abrir y cerrar de ojos, estamos en una discoteca en la que no había que pagar entrada. Después de bailar un ratazo, de que nos entrara a las chicas del grupo un profesor de la escuela de las monjas de mi pueblo que tenía 36 años y de que el doble feo (muy feo) del Follonero me pidiera matrimonio (esto es verídico xD), nos vamos de la discoteca. Muchas experiencias demasiado surrealistas para un rato tan pequeño.

Echamos a andar de nuevo y, lejos de encerrarnos cada uno en nuestras casas, llegamos a un mirador del Albaicín. Y, aunque parezca una mierda, amanecer a los pies de la Alhambra es una de las cosas más bonitas que se pueden hacer aquí.

Tras congelarnos todos un poco, nos fuimos a clase. Si, he ido a clase. Y, si, he ido a clase con mi vestido y mis tacones. Lo sorprendente es que ese ha sido el único sitio donde no me han puesto caras raras. Y al acabar las clases, he vuelto a casa. Tenía que dormir o el tridente me lo clavaba a mi mi "yo que pasa de todo". Pasa de todo, pero se cansa igual.

Y antes de irme a dormir he abierto la libreta con las notas del taller de impro. Hay que respetar al compañero y lo que él propone, coordinarse con él y saber cuando él va por delante o vas tú. Hay que dibujar una escena y utilizarla. Hay que crear y resolver conflictos. Reiventarse para hacer la impro más amena. Saber reaccionar a tiempo. Aprovechar el espacio. Pensar rápido (o no pensar). Darle tiempo a los silencios. Y lo más importante de todo, nunca negar lo que se te propone.

Y me di cuenta cuando cerré la libreta de que la vida no es más que una improvisación de X años. Respetar a tus amigos y la gente que te quiere y sus ideas, compenetrarse bien con ellos y saber cuando les toca llevar la voz cantante y cuando te toca a tí. Hay que saber ver lo que hay a tu alrededor y utilizarlo. Hay que liarla parda y después saber salir del marrón. Reinventarse para hacer el camino más ameno. Saber reaccionar a tiempo. Aprovechar tu espacio. Pensar rápido (o no pensar). Saber cuando callar, saber cuando retirarse. Nunca negar lo que se te propone. Hay veces que hay que decir que no. Pero yo pienso que ese es el camino fácil.

Y lo más importante de todo, en los dos ámbitos, es no tener ni miedo ni vergüenza, no juzgarse a uno mismo si no es necesario y saber golpearse en la cabeza, caer y volver a levantarse.

El mundo no tiene que ser un conjunto de continentes y países. Tiene que ser un patio de juegos. Por lo menos, para mi, lo es.


Ah, tengo que contaros. Tras volver de visitar en urgencias a mi "yo responsable" (lo está pasando mal, pero se recuperará), he visto a la Blackberry de los 45 minutos. Estaba equivocada yo. El Blackberry se le estaba declarando, en plan matrimonio. Ella le ha dicho que si, muy emocionada, pero mientras lo abrazaba, marcaba el número de la esteticienne para decirle que iba en 10 minutos en vez de ir en 5. Pobre chaval. No sé si por lo que se lleva o por casarse nada más. Ya le estoy haciendo los patucos a Borja Mari y el babero a María de las Mercedes. Guapos van a salir, pero en vez de una barra de pan bajo el brazo...adivináis que van a traer?...xD


[La imperfección es perfecta]


Ke$ha - BlahBlahBlah

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