Inexplicable cómo te agarraste a mi. Aún cuando yo quise borrarte. Aún cuando yo quise evitarte. Apareciste. Sonreíste. Y mi plan llegó a su fin.
Fuiste ese golpe que te da el corazón cuando reconoce algo importante. Creo que lo seguirás siendo durante mucho tiempo. Fuiste inesperado, surgiste de la nada, pero como si siempre hubieras estado a mi lado.
Y no me gusta recordar. Pero recuerdo cada momento, y si cierro los ojos estoy en él, da igual el tiempo que haya pasado. Y se me ponen los pelos de punta al recordar cada vez que estuvo a punto, con cada sonrisa y con cada lágrima, con cada canción y con todas las veces que me acosté debajo de tu ventana. Con todas las oportunidades y las señales que no supe aprovechar. Todo. Grabado en mi piel con tinta invisible.
Eres mi droga, y jamás te he probado. Eres el sueño que siempre he soñado, pero que nunca se hará realidad.
Y no me gusta enamorarme. Pero no pude evitarlo. No podía evitar sonrojarme cuando me dabas la mano o me cogías de la cintura, aún a sabiendas de que no significaba nada. Caí en la tentación de cruzar la línea. Te llevo dentro. Sin quererlo. Sabiendo que no está bien. Pero todavía me haces sonreír.
Inexplicable cómo te agarraste a mi, aún cuando te habías ido.
Y pensé que te había olvidado,
que había curado lo herido.
Pero me miraste.
Y supe que había perdido.
Carlos Siles & Zahara - Cuántas veces habré intentado que juegues conmigo
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