Yo era pequeña e inocente.
Me encontré ante la tele, viendo La bella y la bestia.
Desde entonces, Bella fui yo.
He crecido (lo sé,no os creeis que esto no lo escribe una niña de 5 años o un mono, pero asumidlo, tengo 7. Más 10. Más...dejémoslo en que soy mayor de edad, vaya).
Y, según la película y mi papel, yo debería estar viviendo en un castillo con un pedazo de príncipe al que he mandado en capítulos anteriores al salón de estética y gimnasio para que se sometiera a una depilación exhaustiva y se pusiera cachas.
Esperad. Creo que estoy mezclando la peli y el programa ese de zorras y furtivos...si, joder...ese del mediodia...bah, dejémoslo en Zorras, furtivos y viceversa.
La cuestión es que ni vivo en un castillo ni aprendo a tener un príncipe a mi lado.
A estas alturas, una se para a pensar (si, pensar. Para mí, es lo mismo que para...veis? me cuesta), a ver qué es lo que va mal.
Y lo he encontrado.
Odio la palabra amor.
La odio porque la gente la entiende como sinónimo de compromiso eterno.
Yo la entiendo como un mero sentimiento.
No como la necesidad de poseer y/o controlar a alguien de por vida.
No como la obligación de fundir dos personalidades en una.
El amor, tal y como se suele comprender, nos mata poco a poco por dentro.
Es mágico, si, pero como toda magia, esconde un truco que lo convierte en rutina, lo queramos o no.
Y cuando se rompe, duele, como debe doler la muerte.
Tememos, como se teme el morir.
Pero volveremos a crecer y a reconstruirnos.
Y vuelta a empezar.
Por qué?
Un 'Te quiero' o un 'Me gustas' no tiene por qué significar 'Cásate conmigo'.
Por qué hacernos tanto daño de golpe?
Yo prefiero enamorarme cada día.
De mis amigos.
De mi trabajo.
De mi familia.
De cada uno de los sujetos de mi lista interminable de amores platónicos posibles e imposibles (quién sabe dónde nos llevará la vida...en realidad lo sé, pero lo único que se pierde es la esperanza).
Jugar a construírme cada día y romperme bailando cada noche.
Sin miedo a nada (juro que no estoy escuchando Alex Ubago).
Dicen que es la locura de la juventud.
Quiero estar loca mucho tiempo.
Al fin y al cabo, ¿quién nos dice que Bella no tenía 30 o 40 años y tenía la cara llena de bótox o que no se la chupó al productor en el casting?
AH MIERDA. Me acabo de confundir otra vez.
Siento la imagen.
De veras.
Eh...BELÉN ESTEBAN...
Joder.
Esto...
Ay Dios...
Me he muerto.
No puedo escribir más.
Adiós.
...
...
...
Ya está.
Si estás en el paro, imagina que tienes trabajo.
Si tienes trabajo, estás en Punta Cana.
Si no os funciona esto, buscaos la vida, hombre ya.
La belle et la bête - Babyshambles
Lollipop - Mika
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