sábado, 20 de octubre de 2012

Cartas a una compañera desconocida**

Estimada compañera de piso mayor de 30 años:


Soy tu compañera de piso.


Me parece perfecto que, cada vez que vaya a la cocina, salgas inmediatamente de tu cuarto y te vengas conmigo a hablar. En serio, mola.

Me parece perfecto que, cada vez que me veas comer pasta, te preocupes de mi alimentación.

Me parece perfecto que seas vegetariana.

Me parece perfecto que te preocupes de qué la casa esté limpia y de que haya en ella un buen ambiente.

Me parece perfecto que te preocupes por el planeta. Y por la política mundial.

Me parece perfecto que te preocupes de si me han ingresado la beca o no.

Me parece perfecto que tengas much@s amig@s, y que se vengan a casa.

Me parece perfecto que sepas cómo funcionan los chicos de aquí. Y que tu amiga también lo sepa, también.


PERO

No hace falta, de verdad, que cada vez que llegue a la cocina, siempre, salgas a darme conversación. A veces me gusta cenar o comer viendo la tele. Y ya está. Ya sé que a ti no te gusta la tele de aquí porque casi todo es en inglés. Lo siento. Es que a mi si me gusta. Y que te quedes mirando con cara de 'pobre alma desgraciada', pues me la sopla.

Soy estudiante. Llevo años comiendo cosas no saludables. Ni me he muerto ni cuando tenga treinta años voy a ser un despojo humano por comer pasta una semana del mes.

No soy vegetariana. No me gusta la puta albahaca. No se la voy a echar a la pasta. Ni el queso. Ya sé que aquí hay quesos acojonantemente buenos. Me ves comer queso? NO, verdad? Pues deja de decírmelo, que ya te he dicho que no me gusta el queso. No voy a ir nunca a la feria orgánica de alimentación, asúmelo. Sé que es duro para tí, pero creo que la sal del super es igual que la de esa feria. No sé, lo imagino, vaya. Y el Avecrem es caldo de pollo. No entiendo por qué me dices que no compre verduras en el super cuando te digo que el Avecrem del super al que voy es muy extraño. Y si me dejo un plátano, es porque no me lo quiero comer. No es una tragedia griega. Es un plátano pocho.

He tirado la basura tres veces en una semana, limpiado el baño y la vitrocerámica cada vez que la he usado. Friego las sartenes y lo que no cabe en el lavavajillas. Enjuago las cosas antes de meterlas en el lavavajillas. Como vuelvas a tocar a mi puerta un viernes a las 4 de la tarde, mientras duermo la siesta, para que vuelva a bajar la basura, le prendo fuego a la albahaca. Como vuelvas a repetirme durante la comida que 'hay que ver, cómo está la casa' cuando la casa está como los chorros del oro, le prendo fuego a la albahaca. Como vuelvas a repetirme que hay que pasar la aspiradora o limpiar el cubo de la basura (por segunda vez en una semana), le prendo puto fuego a la puta albahaca. Es sábado. La semana acaba mañana. Hay más de 24h disponibles para pasar la aspiradora y la mopa. Si quiero puedo hasta fumigar (aunque no te lo voy a decir, vayamos a que te guste la idea y tenga que invertir más esfuerzo). Si te molesta, te aguantas. Ejercicio de resistencia. Como los que tengo yo que aguantar a la hora de la comida. Y mis compañeras de piso son normales. No están obligadas a saludarte. Simplemente o son tímidas o no les caes bien. Pero no las obligues. Entiendo que no te sepa bien, pero es lo que hay, get over it.

No estoy acostumbrada a reciclar. Más que nada, porque un día me enteré de que todo va al mismo sitio. Realmente, me importa una mierda si me he equivocado de bolsa al echar el brik de leche o si no he lavado el bote de paté antes de echarlo a la bolsa del vidrio. Creeme, te morirías al saber que ayer eché la servilleta de papel a la bolsa del plástico cuando fui a bajar la basura. Y que me olvidé de qué bolsa era qué (excepto el papel) y las eché todas al mismo contenedor. Te has muerto? Se ha acabado el mundo? Oh, vaya, fíjate qué cosas tiene la vida.

Estoy harta de política, políticos y sus respectivas madres. Si no tengo el día gracioso, me deprime. Es decir, si no estoy de copas, me deprime. Si ves que estoy viendo 'Toddlers and tiaras', BBC ENTERTAINMENT (ves? 'entertainment'. Ya tengo entretenimiento. Gracias.), o cualquier otra cosa, me importa una mierda si Portugal está mejor o peor que España, si Rajoy se ha tirado ya a Aznar o si los policías se han pegado entre ellos. Me estresa. Igual que me estresa recordar que todavía no tengo mi beca. No me hace falta que me repitas lo de 'ay, qué pena que no te hayan dado la beca todavía'. Creeme, ya me acuerdo yo solita. Hay muchos más temas de conversación.

Me encanta conocer a gente nueva, de verdad, es una cosa extraña que me pasa: veo a gente que no conozco y me digo 'puede ser interesante entablar una conversación con ese sujeto humano que está en mi cocina'. No tengo ningún problema. Pero, a partir de mañana, me voy a hacer la sorda de una manera tremenda. Que por qué? Pues porque ya es la quinta vez (de cinco) que tengo que levantarme de mi silla, abrir mi puerta e ir hasta el portero a abrirles a tus amigos. Creo que, a final de curso, podré poner en mi currículum que he sido portera.

Y, por favor, deja de decirme que los chicos de aquí son difíciles. Llevo un mes aquí y ya hay algo a punto de salir del horno (y, si no está a punto, estará cerca. Y, si no está cerca, mola mucho y punto, joder, que no me quiero casar). Con un chico de aquí. No entiendo la obsesión que tienes. Bueno, puedo imaginármelo. Pero que tú no lo consigas no quiere decir que el resto no podamos. Supongo que es que tu pones muchos flitros (o ninguno, eso les asusta también). Yo es que como cosas de McDonalds y esos sitios para gente que está mal de la cabeza y dejo que las cosas pasen tranquilamente. Entonces, soy más accesible. Supongo que por eso el chico me escribe todos los dias y me llama para quedar. No sé.

Y, por cierto, tu amiga, es que es fea. Y punto.

Espero que no te moleste esto. Es por nuestra amistad. Las cosas claras y el chocolate, en el Starbucks.

Me voy a pasar la aspiradora.





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