1ª parte. Acto 4º. Escena II.
Doña Inés:
Callad, por Dios, ¡Oh! don Juan,
que no podré resistir
mucho tiempo sin morir
tan nunca sentido afán.
¡Ah! Callad, por compasión;
que oyéndoos, me parece
que mi cerebro enloquece
y se arde mi corazón.
¡Ah! Me habéis dado a beber
un filtro infernal sin duda,
que a rendiros os ayuda
la virtud de la mujer.
Tal vez poseéis, don Juan,
un misterioso amuleto,
que a vos me trae en secreto
como irresistible imán.
Tal vez Satán puso en vos
su vista fascinadora,
su palabra seductora,
y el amor que negó a Dios.
¿Y qué he de hacer, ¡ay de mi!,
sino caer en tus brazos,
si el corazón en pedazos,
me váis robando aquí?
No, don Juan, en poder mio
resistirte ya no está;
yo voy a ti, como va,
sorbido al mar ese río.
Tu presencia me enajena,
tus palabras me alucinan,
y tus ojos me fascinan,
y tu aliento me envenena.
¡Don Juan! ¡Don Juan! Yo lo imploro
de tu hidalga compasión:
o arráncame el corazón,
o ámame, porque te adoro.
Je ne veux pas tomber amoreuse de toi. Je sais qu'il est impossible. Mais je veux profiter un 'tit peu plus de toi. Un peu seulement. Et vite.
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