Anoche me acordé de una promesa que le hice el año pasado a mi madre después de romper su jarrón favorito mientras jugaba al Mr. Bucket: "Mamá, te prometo que cuando los cerdos vuelen, maduraré del todo". Y al acabar las doce campanadas, recibí un MMS:
"Feliz 2010"
La foto que seguía a tan común felicitación era una demostración de la desesperación de mi madre. Le había puesto a mi cerdito Pinky unas alas de ángel y lo había colgado del techo.
Después salí y me encontré con mucha gente. Quizá demasiada. La noche, divertida fué un rato. Hasta que ocurrió. Bueno, no os miento, siguió siendo divertida.
Pero os lo contaré otro día, ahora me tengo que ir al hospital a hacer una visita.
Eso si, mi madre hoy no me ha regañado por amanecer cual zombi recién salido de su tumba. Estaba llorando mientras miraba su móvil. Me acerqué intrigada a ella y leí por encima de su hombro:
"Mamá, la foto del cerdo no se la traga ni dios. Pero a mi ex le acaban de dar un ostión que ha salido volando de la discoteca, literalmente. Feliz año nuevo."
Lo dicho, que se cumplan vuestros deseos, sueños, blablabla...Feliz 2010!!
viernes, 1 de enero de 2010
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encontré tu blog por casualidad, pero me ha gustado mucho, ¡muy peculiar! :)
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